El Sistema de Calefacción entrega la energía requerida para mantener el aceite en la temperatura de cocción deseada. Éste es controlado por el Sistema de Control.

Una vez el aceite se encuentre en la temperatura deseada, el producto es colocado en la canasta y puesto en aceite precalentado. El Sistema de Tapa es cerrado y asegurado formando un sello impermeable. Una pequeña cantidad de humedad sale del producto creando presión dentro de la zona de vapor. Ésta es retenida y controlada por el Sistema de Presión.

El ambiente de cocción a presión evita que más humedad salga del producto, sellando sus jugos naturales e impidiendo la entrada de aceite. La presión crea una turbulencia de calor que cocina el producto más rápido y con menos energía. La olla rectangular promueve la turbulencia y movimiento de calor que resulta en el cocinado más parejo del producto. La zona fría que está debajo de los calentadores permite que el residuo de producto (o chicharrones) se acumulen sin que se carbonizen, garantizando la calidad deseada del producto y un alargamiento en la vida útil del aceite. Periódicamente, se debe realizar un proceso de filtrado del aceite para eliminar impurezas.

Al habilitar el Sistema de Filtrado, el aceite pasa por un filtro de papel el cual remueve las impurezas y luego la bomba devuelve el aceite a la olla para uso inmediato.